Los deberes son algo que lleva en nuestra vida desde que tenemos uso de memoria. Podríamos definirlos como tareas escolares que se realizan en horario extraescolar, es decir, fuera del horario habitual de clase, y que pueden servir como refuerzo.
Son algo que para nuestros padres o para nosotros, que ya tenemos una cierta edad, pueden parecer algo normal, pero realmente, en la actualidad existe un conflicto en relación a estos. ¿Se trata, como hemos dicho en la definición anterior, de tareas que sirven para reforzar o, por el contrario, de actividades o ejercicios repetitivos y amplios que engordan la frustración de los niños y niñas de Educación Primaria?
"Es un tema enormemente controvertido y todavía no
se tiene muy claro cómo, cuándo y cuántos deberes escolares deben ser prescritos a los
estudiantes con el objetivo de que provoquen en ellos los mejores beneficios desde el
punto de vista educativo" (Valle et al., 2015, p. 2).
Este conflicto va más allá de las paredes de una casa. Podemos encontrarnos dos rivales, los que están en contra, como las asociaciones de padres y madres y, en el bando contrario, a favor, podemos encontrar entidades como el Ministerio de Educación o los sindicatos de profesores.
Podemos pensar que se trata de un debate leve que no tiene mayor transcendencia, pero a medida que ha ido pasando tiempo, se está convirtiendo en algo que está muy presente en todas las casas de nuestros país y también está muy inmerso en la sociedad, hasta tales extremos que ocurre lo que podemos leer en
esta noticia y, como consecuencia, esta
otra.
Antes de llegar a una conclusión es preciso, como en todo análisis, exponer una serie de puntos a favor y en contra de los deberes escolares.
Como puntos a favor:
- En horario de clase no es posible poder dedicar tiempo a reforzar y afianzar con ejercicios los conocimientos adquiridos en ese momento, como por ejemplo la suma y resta. No se puede dedicar un día o una semana a que los alumnos y alumnas practiquen estas cuentas hasta que las dominen por completo. Por ello, es bueno servirse de los deberes para que los alumnos y alumnas repasen y refuercen, en su justa medida, algunos de los conocimientos adquiridos en clase.
- Estableciendo una relación con el punto anterior, es bueno que los estudiantes dediquen un pequeño tiempo en sus hogares a repasar o afianzar lo aprendido para que, sobre todo en los cursos superiores, no sientan esa frustración los días antes de un examen.
- "Hacer deberes supone un hábito que el todo alumno debe adquirir desde la escuela para ser capaz de establecer unas rutinas y una responsabilidad personal que, posteriormente, le van a exigir en la universidad" (Peralta, 2017). Esto podemos relacionarlo con la organización del horario personal, lo que puede ser muy enriquecedor para los estudiantes en su futuro tanto académico como laboral. El saber organizarse tiene muchos aspectos positivos, desde el encontrar un tiempo para todo hasta evitar el estrés y el agobio temprano.
- Por otro lado, los deberes pueden suponer un vínculo entre la familia y el alumnado. De tal forma que los niños y niñas se sienten importantes y más cercanos a sus padres y madres, considerándose estos últimos importantes en el ámbito escolar de sus hijos e hijas.
- Muchas de las tareas para casa que se mandan no sirven ni para reforzar ni para enriquecer el conocimiento del alumnado, ya que se basan en copiar largos textos o realizar repeticiones de ejercicios que ni siquiera se comprenden.
- Una cantidad excesivo de deberes puede provocar la frustración del estudiante y de la familia. Y esto puede hacer que la motivación de los alumnos se vaya desgastando.
- En relación con lo anterior, la gran cantidad de tarea hace que el tiempo que se dedique a ello sea superior a lo recomendado, y por ello dejen de lado otras actividades igualmente favorecedoras y necesarias en la vida de un escolar.
- En el caso de las familias, no todas pueden permitirse estar junto a sus descendientes a la hora de realizar la tarea en casa, ya sea por trabajo o por cualquiera asunto personal. Y puede haber familias que por problemas económicos tampoco puedan enviarlos a clases particulares.
Personalmente opino que todo tiene una cierta utilidad, si no llega al extremo. Me considero opuesta los extremos, es decir, ni creo que este bien que nuestros alumnos y alumnas no tengan nada que hacer al llegar a casa, ni tampoco que vayan sobrecargados de deberes todos los días. Todo en su justa medida.
No se trata de que después de pasar cuatro horas y media "sentados" en una silla haciendo actividades y oyendo las explicaciones del docente, tengan que llegar a casa y seguir haciendo las mismas actividades durante horas toda la tarde, no. Los niños y niñas como infantes que son tienen que salir, jugar, descansar si lo necesitan, relacionarse con sus familias, etc. Pero no por ello tienen que dejar de lado sus obligaciones y, lo que es mas necesario, aprender que tienen unas obligaciones. Tener deberes y querer salir a jugar con sus amigos implica que tenga que organizar su tiempo desde pequeños, algo que les será de gran ayuda cuando sean mayores, ya que nuestro día a día consiste en eso.
Considero que en los colegios debería haber una coordinación en lo que respecta a este tema, de tal forma que, si tienen varios docentes de los que reciben clase, se pongan de acuerdo en qué y cuántos deberes o tareas mandar para casa evitando así la sobrecarga de tarea comentada anteriormente. Y, por supuesto, intentar mandar tareas útiles, que no se basen en copiar hasta que les duela la mano, sino mandar ejercicios o actividades que ayuden a reforzar y enriquecer el conocimiento a la vez que intenten con estos aumentar la motivación de los alumnos por aprender.
Por último, me gustaría comentar lo que se hace en mi clase de prácticas. Se trata de una clase de segundo de primaria donde se suelen mandar fichas para trabajar en clase y, en caso de no acabarlas (hecho extraño porque suelen ser cortas y fáciles), se la pueden llevar a casa y finalizarla allí. Además de eso hay una tarea semanal que consiste en realizar entre cuatro y seis actividades variadas (lengua, matemáticas, ciencias, etc.) y que se entrega los viernes para que se hagan a lo largo de toda la semana siguiente en su libreta de tareas.
Referencias bibliográficas
Valle, A., Regueiro, B., Estévez, I., Piñeiro, I., Rodríguez, S. & Freire, C. (2015). Implicación y motivación hacia los deberes escolares en los
estudiantes de Primaria según el rendimiento académico y el curso.
European Journal of Investigation in Health,
Psychology and Education. Vol (5), pp. 345-355. Extraído de:
https://formacionasunivep.com/ejihpe/index.php/journal/article/view/134/117